Pucón es una pequeña villa rodeada de lagos, bosques y al pié del volcán Villarrica, el cual tiene 2.900 metros de
altura, con nieves eternas en la cumbre y permanente humo que no se sabe nunca
cuándo se va a despertar.
En invierno es un centro de esquí, y en
verano se puede escalar y explorar dentro de sus galerías en compañía de guías
locales.
Otra gran atracción de Pucón es poder hacer
Rafting por el río Trancura, con muchos saltos y agua
helada. Te proveen de cascos, trajes de neopreno y chaquetas impermeables, pero
es imposible el no mojarte y helarte con el agua del río que es de deshielo.
También recorrimos el Lago Caburgua, que está a 25 km de Pucón y presenta unas
excelentes playas de origen volcánico en donde se encuentran los "Ojos del
Caburgua", que corresponden a hermosas caídas de
agua con un color calipso impresionante llamados Salto de la China, y no por la
que está sentada al lado de la cascada.
Luego continuamos viaje hacia el sur por la carretera 5 hasta Puerto Montt,
última ciudad de la carrtera y ciudad típicamente
portuaria de pescadores
.
Desde ahí fuimos a las termas de Peyehue donde nos bañamos con agua caliente al lado de la
nieve.
Al otro día cruzamos con el trasbordador
hasta la Isla Grande de Chiloé, y visitamos las ciudades de Ancud y Castro.
Toda la isla es de pescadores y la gente conserva los rasgos de la raza
típica, sin haberse mezclado con el resto de la población. Las casas están
construidas sobre pilotes de madera sobre el agua (Palafitos) para no pagar
los impuestos que deberían pagar en tierra firme.
Para volver a la Argentina, regresamos por el Lago Espejo y lago Esmeralda.
Llegamos con el coche hasta donde se acaba la carretera y luego cruzamos los
lagos con otro trasbordador hasta Villa la Angostura, del lado Argentino. En el
lago Esmeralda, que se llama así por su color, el agua es tan transparente que
los barcos parecen flotar en el aire.
En Villa la Angostura paramos a comer en el Hotel Internacional y luego
fuimos a dormir a San Carlos de Bariloche. Al día siguiente ya partimos hacia a
Santa Fe, donde retornamos no solo al trabajo, sino también al calor del verano
Santafecino.