ALEMANIA
Luego de unos días en Inglaterra,
regresamos a Alemania. Luftansa nos dejó en Frankfurt, y ahí tomamos un tres
rápido a Berlín.
BERLIN
Berlín era una ciudad que tenía su
encanto. Hacía poco había caído “El muro”. Miles de anécdotas, y películas de
espionaje y unas costumbres y estilo de vida muy diferente.
El panorama que nos encontramos fue contradictorio. Por un lado el Berlín
del oeste, moderno, pero no tanto como otras ciudades alemanas, con su gente cosmopolita y con su catedral semidestruida como único recordatorio de la II
Guerra Mundial. Y por otro lado el Berlín del este, una ciudad más señorial,
con su gente que parecía seguir en los años 60 tocando en cada esquina
canciones de los Beatles y con una mirada de aún no entender bien lo que pasa
afuera.
El lado este estaba todo en reconstrucción. Se estaban haciendo todos los
servicios nuevos, y pocos edificios estaban si ser restaurados. Estaban
surgiendo barrios nuevos, como Potsdamer Platz que se convertirá en una zona
urbana de rascacielos situada en el centro de la que antaño fue "tierra de
nadie".
En la capital se han asentado las
nuevas embajadas y ministerios, aunque la mayor atracción para los visitantes
de nuestra ciudad es el Reichstag con su cúpula abierta al público.
Pero el poder caminar por las calles del Berlín del este debe ser su mayor
atracción. Pasear por la Puerta Brandenburg, símbolo de la división y hoy de la
unión. O pasear por la Victory Column, donde el ejército Prusiano celebraba sus victorias, y luego Adolf Hitler
la usaba para sus desfiles militares.
Eso sin contar con los innumerables
museos que aún conservaban su encanto señorial, pero con una fuerte
demostración de decadencia.
Pero
lo más difícil es poder encontrar algún resquicio del “Muro”. Está borrado del
mapa, y también de la mente de los berlineses. Solo queda un museo, cerca de
Checkpoint Charlie, la entrada más famosa, donde tantos intercambios de espías
hubo
En el museo te venden una piedrita del
muro, con certificado de autenticidad, y que por supuesto tiene algo de pintura
de Graffitis. (Por si tenías dudas que era auténtico)
De Berlín tomamos nuevamente el tren a
Frankfurt.
FRANKFURT AM MAIN
En Frankfurt estuvimos solo un par de días, pero lo suficiente para darnos
cuenta que es el antítesis de Berlin. Frankfurt en una de las ciudades más
importantes de Alemania y de Europa, y se hace sentir.
Fue totalmente destruida en la II
Guerra Mundial, y ya ha sido reconstruida, solo en el Ayuntamiento se puede
observar una reproducción de lo que fue la arquitectura de Frankfurt, pero solo
una reconstrucción.
El resto son miles de rascacielos de
cristal al mejor estilo New York, pero también tiene hermosos jardines y paseos
con una calma atípica de grandes ciudades.
Por suerte pudimos realizar una excursión por el Main, desde donde se tiene
una hermosa panorámica de la ciudad, ya que desde su interior es imposible
apreciar su magnitud.
Luego de estas
pequeñas e inesperadas mini vacaciones, regresamos para Argentina a seguir
trabajando, sin olvidar que fue a eso a los que vinimos.